ESTIMADAS Y ESTIMADOS
MAESTROS Y MAESTRAS QUE NOS HACEN FAVOR DE VISITAR ESTE BLOG
Reciban cada uno de ustedes un fuerte abrazo y una felicitación muy
especial y afectuosa, en este 15 de mayo con motivo del día del maestro. Mil
gracias por ejercer una de las profesiones más bellas y nobles.
Les comparto esta carta, redactada hace casi dos siglos y cuyo contenido sin
embargo, está más vigente que nunca hoy en día.
Carta de Abraham Lincoln,
al maestro de su hijo en el año de 1820...
Querido profesor:
Mi hijo tiene que aprender que no todos los hombres
son justos ni todos son veraces.
Enséñele que por cada villano hay un héroe, que por cada egoísta hay un generoso.
También enséñele que por cada enemigo hay un amigo y que más vale moneda ganada que moneda encontrada.
Quiero que aprenda a perder y también a gozar correctamente de las victorias.
Aléjelo de la envidia y que conozca la alegría profunda del contentamiento.
Haga que aprecie la lectura de buenos libros sin que deje de entretenerse con los pájaros, las flores del campo y las maravillosas vistas de lagos y montañas.
Que aprenda a jugar sin violencia con sus amigos.
Explíquele que vale más una derrota honrosa que una
victoria vergonzosa.
Que crea en sí mismo, en sus capacidades, aunque
quede solito y tenga que lidiar contra todos.
Enséñele
a ser gentil con los buenos y duro con los perversos.
Instrúyalo
a que no haga las cosas porque simplemente otros lo hacen; que sea amante de
los valores.
Que
aprenda a oír a todos pero que a la hora de la verdad, decida por sí mismo.
Trátelo bien, pero no lo mime ni lo adule. Déjelo
que se haga fuerte solito.
Incúlquele valor y coraje, pero también paciencia, constancia y sobriedad.
Incúlquele valor y coraje, pero también paciencia, constancia y sobriedad.
Entiendo
que le estoy pidiendo mucho pero haga todo aquello que pueda.
Abraham Lincoln
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