A menudo escuchamos en el contexto
escolar y en general en el entorno social comentarios sobre el escaso hábito de
la lectura en México, particularmente se escuchan frases acerca de lo “poco que
leen nuestros alumnos” o lo “mal” que lo hacen muchos de ellos. Los resultados
que se palpan desde las escuelas o desde los datos que arrojan las evaluaciones
que se aplican a nivel macro en el sistema educativo, parecen dar validez a
estas tesis. Es evidente que tenemos un problema serio en relación a las
capacidades de lectura que muestran los estudiantes. Sin embargo, es menester
señalar que en todo caso, no ganamos mucho con sólo lamentar esta situación,
que es asunto necesario y ético asumir nuestra propia responsabilidad en estos
resultados y emprender medidas al respecto.
De entrada, este primer
reconocimiento puede constituir un primer paso para reorientar el camino desde
la función que nos toca cumplir, en torno al compromiso histórico de la escuela
para que los alumnos desarrollen en lo posible todas sus capacidades, especialmente
la de lectura, la cual es fundamental para la vida de las personas. Inclusive
como docentes, valorar cómo andamos respecto a esta capacidad, sobre todo, si
reconocemos que la competencia lectora es un proceso de aprendizaje continuo que
prácticamente NO termina y que siempre será posible mejorar el contacto con los
textos, además de la premisa básica de entender que no es posible dar a
nuestros alumnos algo que nosotros mismos no poseemos.
Una implicación fundamental que
conviene que los docentes tomemos en cuenta, es ponernos de acuerdo sobre lo
que significa desarrollar competencia
lectora para contar con una visión común. En una propuesta curricular
orientada bajo un enfoque de competencias, es conveniente primero, asumir a la
lectura bajo esta perspectiva, y hacernos esta pregunta ¿Qué significa ser un
lector competente? De acuerdo a lo que se señala en PISA[1], en
este proyecto se concibe a la competencia lectora en términos de desempeño
lector y la define como “La capacidad de
un individuo para comprender, emplear, reflexionar e interesarse en textos
escritos con el fin de lograr metas propias, desarrollar sus conocimientos y su
potencial personal, y participar en la sociedad”[2].
Esto es especialmente importante,
porque independientemente de las concepciones que algunos de nosotros hayamos
tenido de lo que significa leer, seguramente este concepto las trasciende, las
rebasa. A mi juicio, es una definición moderna, puntual y certera de lo que la
escuela debe procurar con sus alumnos en términos de capacidades de lectura.
Ahora bien, si retomamos la
concepción de lectura de algunos de los Programas de estudio 2011, por ejemplo el
del Programa de Estudios. 6º grado. Español., en uno de los propósitos de esta
asignatura, se observa que la aspiración sobre lectura es prácticamente la
misma que la de PISA: Que los alumnos… “Sean capaces de leer, comprender, emplear, reflexionar e
interesarse en diversos tipos de texto, con el fin de ampliar sus conocimientos
y lograr sus objetivos personales”.
Como podemos palpar, hay una visión
prácticamente idéntica entre la concepción nacional e internacional sobre lo
que significa leer competentemente en la actualidad. No obstante y a pesar de
que estas definiciones son importantes, son letra “muerta” si los docentes no
tenemos la convicción de apoderarnos plenamente de su significado, además de
traducirlo en la práctica con nuestros alumnos, e incluso en lo particular.
En conclusión, una primera apuesta
de mejora de la competencia lectora desde la escuela, es analizar en el
colectivo de maestros estas concepciones, discutir acerca de la conveniencia de
contar con una plataforma común sobre éstas, establecer sus implicaciones y los
cambios que son necesarios para una intervención pedagógica acorde con ello.
Autor: Francisco Villafuerte Luna
COORDINADOR GENERAL CEDE URIANGATO
[1]
Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA
pos sus siglas en inglés) es un estudio periódico y comparativo, promovido y organizado por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el cual
participan los países miembros y no miembros de la organización (asociados).
[2]
La definición de competencia lectora corresponde
al informe México en PISA 2009, y a diferencia de la de 2000, se distingue por
la inclusión del concepto de interés (engagement) que implica el grado de
motivación y gusto por la lectura.
Hola
ResponderEliminarLo que mencionas:
"no es posible dar a nuestros alumnos algo que nosotros mismos no poseemos."
Apoya lo que dice, precisamente un libro que me encuetro leyendo:
"La primera titulación requerída para poder enseñar, formal o informalmente y para cualquier tipo de sociedad, es haber vivido" El valor de educar de Fernando Savater
En mi experiencia como alumno puedo decir que desmotiva cuando un maestro no posee el nivel suficiente para impartir una clase
Creo que los docentes sabemos todo lo que implica la mejora de competencias y no dudo que las conozcan... lo que hace falta es adquirir un solido compromiso; y disposición por parte de ellos de la puesta en común de estas competencias dentro del aula .. ya que es importante que los alumnos vean la actitud que el docente tiene ante la lectura, recordemos que nosotros somos actualmente el ejemplo en ellos de todo lo que implica el desarrollo de competencias para una mejor vida en sociedad.. "Dejemos a un lado la improvisación en el aula, desarrollemos nuestra responsabilidad y compromiso como verdaderos maestros... forjemos una mejor sociedad a futuro donde también nosotros podamos aprender de ella y promovamos nuestras capacidades en bien de la humanidad demostremos, que estamos capacitados para promover y no desarrollar competencias"
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